Conejitos de Pascua ¿De dónde vienen?

De lana, de chocolate, de peluche…los conejitos inspiran ternura y en Pascua, los escaparates, mercados y casas son invadidos por estos pequeños peludos, y montones de huevos de chocolate y de colores.

Investigando un poquito he descubierto que, esta fiesta pagana, ya venía celebrándose desde los fenicios, antes de Cristo, la liebre era símbolo de fertilidad de la Diosa Astarté a quien le dedicaban el mes de abril. Para los alemanes, Ostara era considerada la diosa de la luz y de la primavera. Por todo esto, en algunos países centroeuropeos a la Pascua la llaman «Easter» y su símbolo es la liebre o el conejo, como la fertilidad de la primavera después del invierno. También para los celtas y escandinavos este animalito significaba lo mismo.

Pero ¿y el chocolate? ¿Y los huevos? Cuenta una leyenda alemana que una mujer pobre que no podía dar dulces a sus hijos, escondió en el jardín huevos decorados. Los niños vieron un conejo y pensaron que los huevos los había puesto él durante la noche. A partir de entonces, en Pascua, los niños hacían un nido en el jardín esperando que volviera el conejito a poner huevos de colores. No fue hasta el siglo XIX que algún chocolatero alemán, muy listo por cierto, empezó a fabricarlos de chocolate.

Sea como sea, cualquier momento de ternura es bueno para Marí Queteví y este años hemos hecho nuestro pequeño homenaje a estas historias preparando sendos talleres de fieltro seco. Raquel de Nòmada Craft y Olga de Taverna & Valdivia nos acogieron en sus talleres y nos hicieron sentir como en casa.

Y los resultados han sido geniales…más que eso, han sido extraordinarios, porque personas que nunca habían practicado la técnica del fieltro con aguja, fueron capaces de hacer unos conejitos, con sus cestas de huevos de colores, realmente bonitos. Para muestra, un botón: